El sulfato se entiende como diversos compuestos que contienen cobre y sobre todo oxicloruros. Son sustancias químicas cuya función es cubrir de cobre metal la superficie de la planta, para protegerla de diversos hongos, como pueden ser el repilo y el vivillo, que atacan a la hoja y a la aceituna.
La forma de actuación del sulfato es preventiva y por contacto, es decir, el cobre debe estar cubriendo la planta antes de que se produzca la infección y actúa destruyendo la espora del hongo.
Por consiguiente, el sulfato no es una sustancia que afecte a la savia de la planta ni tampoco forma parte de su nutrición. Con lo cual si aplicamos este tratamiento en realidad no estamos alimentando al cultivo sino solamente protegiéndolo contra ciertas enfermedades.
A la pregunta de si es bueno sulfatar varias veces al año podemos responderla con un depende, depende de las condiciones del cultivo y de la meteorología, a que los hongos se propagan en concretos valores de humedad y temperatura. La Escuela de Ingenieros Técnicos Agrícolas nos recomienda que si nos encontramos con año lluvioso o en una zona muy humedad lo ideal sería que el cultivo estuviera todo el año cubierto, pero es imposible. Lo recomendable es tratarlos en primavera y en otoño, siempre respetando la dosis como el plazo de seguridad de cada producto fitosanitarios.